Hackeando galerías de arte y ganando $3MDD vendiendo pinturas. ¿Hacker o artista?

Las obras de arte siempre han sido objeto del deseo de los ladrones, y grandes crímenes han ocurrido en los más importantes museos del mundo, o al menos así ocurría antes de que la tecnología ocupara prácticamente cualquier aspecto de nuestras vidas. Especialistas en ciberseguridad aseguran que los hackers están explorando nuevos vectores de ataque capaces de comprometer un terreno inusitado.

Un reporte indica que el comprador de una reconocida obra de arte fue engañado por actores de amenazas para que enviara el pago por la obra (más de 2.5 millones de dólares) a la cuenta bancaria incorrecta, operada por los hackers. La obra en cuestión es “A View of Hampstead Heath: Child’s Hill”, del artista británico John Constable, un importante representante del periodo artístico romántico en Reino Unido. 

Los implicados son Simon Dickinson, un comerciante de arte radicado en Londres, y la administración del museo holandés Rijksmuseum Twenthe. Durante la Feria de Bellas Artes de Maastricht, ambas partes acordaron la compra-venta de la obra, acordando arreglar todos los detalles vía email. A través del intercambio de mensajes ambas partes comenzaron a negociar un precio.

No obstante, los involucrados no contaban con que un hacker lograría entrometerse en el proceso, engañando al comprador para que enviara el dinero a una cuenta en un banco de Hong Kong. El museo completó la transferencia bancaria sin darse cuenta que el dinero fue enviado a un hacker.

Los involucrados se encuentran en una disputa legal debido a este incidente. La administración del museo de Enschede, actual poseedor de la pintura en cuestión, confirmó el crimen, aunque el director Arnould Odding concluyó su mensaje diciendo que por el momento no puede hacer más comentarios al respecto.

Acorde a una agencia de noticias británica, ambos involucrados niegan que el ataque haya ocurrido por alguna falla de seguridad en sus respectivos sistemas. La defensa del comerciante de arte alega que el museo holandés debió haber confirmado los datos de la cuenta bancaria de forma independiente a los negociantes, mientras que Rijksmuseum Twenthe argumenta que el personal del museo británico presta poca atención a las mínimas medidas de ciberseguridad recomendadas por las autoridades europeas.

Durante las primeras audiencias sobre este caso, Bobby Friedman, representante legal del comerciante de arte británico, aseguró al Tribunal Superior que el museo holandés no debe conservar la pintura, puesto que los vendedores no recibieron pago alguno. Esta pintura es una de múltiples obras creadas en el siglo XIX por Constable, conocido por pintar toda el área que rodea su casa en Suffolk, hoy conocida como ‘Constable Country’.

La disputa legal continúa mientras las autoridades tratan de rastrear la transacción, aunque de antemano hicieron saber a los involucrados que este proceso no tiene muchas posibilidades de resultar exitoso.