Encrochat, el teléfono encriptado usado por narcos y delincuentes, fue hackeado por la policía. Los clientes están siendo arrestados

Un incidente de seguridad en una de las redes de comunicación más seguras del mundo ha llevado al gobierno de Irlanda del Norte a la presentación de múltiples individuos ante la corte. Esto ocurrió debido a una brecha de datos en Encrochat, una compañía que vende smartphones encriptados para agencias de seguridad en todo el mundo; cabe aclarar que esta tecnología es completamente legal y fue pensada para reforzar la privacidad de los usuarios.

Estos smartphones se venden por más de 4 mil dólares y su venta está sujeta a algunos procesos de seguridad, aunque esto no evita que miembros destacados del crimen organizado puedan acceder a uno de estos dispositivos.

En respuesta a este incidente, Encrochat envió una alerta de seguridad en la que recomienda a sus usuarios destruir sus dispositivos después de una brecha de información similar, no obstante, las autoridades de Irlanda desplegaron una operación en cuestión de horas, concretando múltiples arrestos.

Los usuarios de Encrochat no pueden hacer llamadas de voz de modo tradicional, pues esta tecnología se basa en el uso de una señal WiFi, por lo que sólo es posible enviar mensajes de texto e imágenes.

En su mensaje, la compañía se refirió a la seguridad de los usuarios en Europa: “Debido al nivel de sofisticación del ataque y el código de malware, ya no podemos garantizar la seguridad de su dispositivo. Tomamos medidas inmediatas en nuestra red al desactivar la conectividad para combatir el ataque. Se recomienda apagar y desechar físicamente su dispositivo de inmediato”. 

Apenas unas horas después, varias personas comparecieron ante los tribunales irlandeses, acusadas por delitos serios y con evidencia supuestamente extraída de estos dispositivos. Ua de las personas implicadas es Michael O’Loughlin, originario de Galway pero con una dirección en Upper Dromore Road en Warrenpoint, quien apareció el miércoles en la corte de Newry en Lisburn.

O’Loughlin enfrenta dos cargos de conspiración para cometer asesinato, conspirar para la posesión de armas de fuego en circunstancias sospechosas, conspiración para la fabricación o suministro de documentación falsificada, conspiración para robar, conspiración para convertir y transferir propiedad criminal, además de una decena de cargos adicionales relacionados con drogas. Un oficial le dijo al tribunal que la evidencia contra O’Loughlin “se obtuvo mediante una autorización legal autorizada que permitió el acceso a su contenido cifrado de teléfono móvil”.

Un portavoz de la Agencia Nacional del Crimen dijo: “Somos conscientes de los informes relacionados con las acciones policiales tomadas contra Encrochat, sin embargo, no confirmamos ni negamos habitualmente la participación de la NCA en investigaciones”.